Por Nokton Magazine
Un barrio ha de diferenciarse por su estilo, y este suele venir predefinido por la gente que lo concurre. Pero siempre quedan pequeños rincones que despuntan entre el talante de la zona. En Madrid el barrio de Huertas como gran ejemplo; tan cerca de Sol, tan epicentro de turistas y visitantes, tan caro… y tan propio para encontrar aún locales que mantienen su personalidad.
La imagen de bar castizo con tintes de actualidad por su apariencia de dejadez toma toda su esencia en Matador (Calle de la Cruz, 39), una taberna cuyo logo, una calavera con montera y una rosa en la boca, ya abre paso a lo que el parroquiano se va a encontrar. Mesas de madera, música que vira del flamenco más puro al acompañado de ska y reggae, y una carta protagonizada por económicas y completas tablas de embutidos.
La caña (a 1,80€ la jarra pequeña) es San Miguel y se percibe la dedicación en su tirada, con buen punto de espuma, que no suele verse afectada por el ajetreado ritmo de la barra en las noches de fin de semana. La acompañan de una tapa, normalmente de jamón o embutidos, con pan. Y aunque la cerveza es su esencia la sangría no tiene nada que envidiarla, una de las pocas con auténtico sabor por la zona.
Lo difícil es conseguir mesa porque la taberna reúne a la clientela más tradicional, que continúa dejándose llevar por la particularidad estética de antaño, con los curiosos propios de la zona que se llevarán buena imagen de los tragos del barrio.
Dirección: C/ de la Cruz, 39