Nuestro país es un país que ama y quiere a sus bares, esto es sabido en el ámbito social, pero es que ahora los datos avalan esta afirmación. Resulta que en España hay 260.000 bares, durante 2015 y 2016 la tendencia ha sido positiva, han surgido más bares y han tenido más volumen de negocio.
Estos datos arrojan que el español medio prefiere la terraza, la barra y las cañas con los amigos a salir por la noche. Esta tendencia ha ido cambiando a lo largo de los años y ha ayudado mucho que la cerveza sea la bebida preferida por los parroquianos de nuestros amados bares, representa el 56% de los pedidos de un bar.
1 bar por cada 175 españoles
Esta es la cifra desglosada, y es que en la actualidad hay más bares en España que en todo Estados Unidos. Chúpate esa Trump, somos los primeros en el sector hostelero y será difícil superarnos porque el sol, los precios y la aceptación social hacen que nuestra cita favorita se siga produciendo en los bares.
Somos cada vez más diurnos y eso ha hecho que la masa de bares a lo largo de 2016 haya aumentado un 1,5%.
La cerveza, abanderada de la hostelería española
La cerveza se presenta como eje principal de la crecida de los bares, pero no se queda ahí. Es la cerveza sin alcohol el producto que más crece en cifras de venta e irrumpe con fuerza en los establecimientos la venta de cerveza artesa.
Y es que la craftbeer es cada vez más demanda en nuestras barras, nos tira lo nuevo, lo novedoso y la originalidad de sabores y diseños.
El bar y los clientes
Los parroquianos no somos fieles al mismo bar, vamos cambiando de uno a otro y es que nos encanta la variedad, que nos traten bien y nos sirvan tapas con nuestra cerveza. Buscamos establecimientos adaptados a las nuevas tecnologías; con Wi-Fi, televisión y música.
Y esto se produce porque cuando nos gusta o nos desagrada la experiencia en un bar o sus productos tendemos a compartirlo en las Redes Sociales y en Internet, el 36% de nosotros lo hacemos.Son los millennials los más tecnológicos y organizados, están enterados de las mejores ofertas y siguen digitalmente a los denominados ‘bares organizados’, que suelen ser las cadenas hosteleras que revientan los precios a costa de la calidad de sus productos.
Los bares de toda la vida resisten con fuerza, son más cercanos y suelen ser de mejor calidad, aunque todavía no dominan las nuevas tecnologías para hacerse hueco en el mercado de los más jóvenes.