La cerveza es una bebida elaborada de forma artesanal desde hace miles de años con ingredientes naturales. Hoy en día se produce cerveza de forma industrial y a gran escala para cubrir su amplia demanda.
Los vestigios más antiguos de cerveza, según los antropólogos, se remontan a 6.000 años de antigüedad en la cuna de la civilización, entre los ríos Tigris y Éufrates, en la antigua Mesopotamia. Nos ha llegado por escritos sumerios que el 40% de la producción de cebada, espelta, trigo y mijo se destinaba a la producción de cerveza que denominaban Sikaru (la imagen de la tablilla superior muestra el esquema de elaboración).
Más referencias históricas milenarias las encontramos en El Libro de Los Muertos del Antiguo Egipto que data de 5.000 a.C., donde las sacerdotisas eran quienes preparaban la cerveza que llamaban Zythum. En el Imperio Chino la cerveza se elaboraba con arroz y se la bautizó como Li. También civilizaciones precolombinas de América utilizaban en sus rituales bebidas de grano de maíz fermentado.
Los griegos introdujeron la cerveza por Europa a raíz de sus viajes por el Mediterráneo. Galos y romanos perfeccionaron las técnicas de elaboración y regularon y estandarizaron su comercio. La Cerevisia gala y la Camum celta costaban 4 denarios y la Zythum se conseguía por 2 denarios.
En la zona del Mediterráneo se desarrolló más el cultivo del vino, dado que el cultivo de la cebada se realiza mejor en climas fríos y la uva en climas cálidos. En consecuencia, en el centro y norte de Europa se estableció la cerveza.
En Bohemia (República Checa) se encontraron escritos del año 859 que explican el cultivo del lúpulo porque esta zona era ideal para los cultivos de lúpulo y cebada. Sin embargo, no es hasta principios del siglo XI cuando aparecen las primeras referencias al uso del lúpulo en las abadías europeas con los escritos de la monja benedictina Hildegarde, Abadesa de Rupertsberg en Bingen (Alemania).
Fue en el siglo XIII cuando se dictó el primer decreto sobre la
cerveza donde se establecía que la receta debía permanecer inalterada para su consumo y producción. El decreto fue dictado por el Duque Jan Primus de Bégica, dueño de las tierras de Brabante, Lovaina y Antwerp, conocido en Europa como Gambrinus (Rey de la Cerveza). En el siglo XV se formaron los primeros gremios cerveceros.
El Duque de Baviera, Guillermo IV, promulgó la primera Ley de Pureza de la Cerveza Alemana determinando que su elaboración era exclusivamente con agua, malta de cebada y lúpulo. En Múnich, para conservar la cerveza en verano, la guardaban en cuevas con hielo; lo que provocó el desarrollo de levadura de fermentación baja originando el tipo lager.
En la ciudad checa de Pilsen también se producía cerveza de fermentación baja que tuvo gran éxito entre las clases populares y en competencia con las cervezas oscuras y dulces de Múnich.
En España, la cerveza vino de la mano de Carlos V en el siglo VI quien en su retiro al Monasterio de Yuste construyó una pequeña fábrica, acompañado de su maestro cervecero de Flandes.
Louis Pasteur, a finales del siglo XIX, llevó a identificar la levadura lager con su microscopio. El científico averiguó que la levadura estaba viva y explicó el proceso de formación del alcohol y cómo controlarlo. Con el proceso de pasteurización se abrió la puerta a la industrialización de la cerveza a nivel internacional.
Debido a los diferentes avances en innovación tecnológica, comercial y comunicacional, hoy en día podemos disfrutar de los diferentes tipos y formas de cerveza a lo largo y ancho del mundo. Consumida con moderación, la cerveza nos aporta nutrientes, refresca y fomenta la convivencia entre personas.