Realizado por Carlos de Un buen día en Madrid
Imagínense unas racioncitas de melva canutera con tomate y cebolleta, unos trozos de pollo al curry o unas croquetas de jamón de toda la vida. Mmm… ¿apetecible no?. Todos son platos interesantes pero lo que realmente seduce a todo aquel que pasa por el número 35 de la calle Cruz, es el formato en el que se sirve la comida: En CHATOS de vino.
Un concepto nuevo al arte del tapeo madrileño: El de presentar raciones conocidas y otras un poco más exóticas, dentro de un vaso. ¿Cómo? recorriendo la península de punta a punta para probar y conocer los exquisitos productos de nuestra gastronomía, y traérselos a Madrid para servirlos en su bar.
Los que más llaman la atención son el chato de Paté de Perdiz con costrones de pan, las piruletas de pollo crujiente, el Tartar de Atún con algas wakame, los nidos de langostino o el Steak Tartare. Aunque hay alguno más, también postres, que no dejan indiferente a nadie.
Los precios oscilan entre los dos y los cuatro euros, y se pueden acompañar con un exquisito vino de la tierra o una cervecita fría.
Nada ostentoso y con apenas cuatro meses de vida, el lugar se podría definir como una “Neotaberna” que combina la madera de su barra y mesas con el blanco pulcro de sus paredes nada recargadas. Espacioso y a la vez funcional, también esconde un saloncito muy cuco al fondo del local y en la barra hay un mostrador donde se exhiben las exquisiteces que habitan en los originales vasitos de chato.
Es obligado mencionar el buen trato y la atención del equipo. En cuanto a los precios: los chatos a 2, 3 y 4 €, Raciones 8 €, Pinchos y montaditos a 2 € y Cócteles con alcohol 7 € y sin alcohol 5 €.
Dirección: C/ de la Cruz, 35 Madrid